Junio es el mes del Orgullo Gay, pero también, en este 2023, ha sido el centro de polémicas y controversias debido a las acciones de algunas marcas que han decidido retirar de sus tiendas la decoración, e incluso, algunos artículos relacionados con la comunidad Pride.
Target, Anheuser-Busch InBev y, recientemente, Starbucks han estado en el ojo del huracán precisamente por las tensiones y desafíos que representa para las marcas el respaldar o no movimientos sociales relacionados con la comunidad LGBTQ+.
En tiempos tan convulsos, las empresas y franquicias deben analizar minuciosamente los pros y contras que surgen al tomar una postura a favor o en contra de estos movimientos, ya que su decisión enfrenta oportunidades y desafíos que pueden favorecerlos o perjudicarlos no solo con esa comunidad, sino con el resto del público.
En los últimos años, algunas marcas han asumido posturas más activas en temas sociales, incluido el apoyo a la comunidad LGBTQ+. Como se esperaba, estas decisiones han generado polémica pues debido a su posición, algunas empresas han enfrentado críticas y amenazas por parte de grupos conservadores.
Logros de quienes están a favor:
- Afinidad con el público objetivo: Apoyar abiertamente puede generar una mayor afinidad con un segmento de consumidores que valora la inclusión y la diversidad. Un ejemplo destacado es la marca de ropa y accesorios Benetton, que ha lanzado campañas icónicas que promueven la diversidad y la aceptación.
- Diferenciación de la competencia: Tomar una postura clara y positiva puede diferenciar a una marca de sus competidores. Un ejemplo notable es la marca de cosméticos MAC, reconocida por su apoyo a la comunidad LGBTQ+ a través de colaboraciones y lanzamientos de productos inspirados en la diversidad.
- Impacto social positivo: Al alinearse con movimientos que promueven la igualdad y la inclusión, las marcas pueden tener un gran impacto en la sociedad. Un ejemplo es la cadena de hoteles Marriott International, que ha demostrado su apoyo a esta comunidad a través de políticas inclusivas y el patrocinio de eventos LGBTQ+.
Contras de estar en contra:
- Riesgo de boicot y críticas: Tomar una posición en contra de los derechos LGBTQ+ puede llevar a boicots y críticas públicas. Un ejemplo de esto es la cadena de comida rápida Chick-fil-A, que enfrentó protestas y llamados al boicot debido a donaciones a organizaciones contrarias a los derechos LGBTQ+.
- Impacto en la imagen de marca: Las empresas que se oponen al apoyo corren el riesgo de ser vistas como insensibles o alejadas de los valores actuales de la sociedad. Un ejemplo es la cadena de supermercados Publix, que ha recibido críticas por no incluir protecciones laborales para los empleados LGBTQ+.
- Falta de autenticidad: Si una marca toma una postura en contra de la comunidad LGBTQ+ sin tener una justificación clara y alineada con sus valores fundamentales, puede parecer oportunista o contradictoria. Un ejemplo es la empresa de software Oracle, que ha enfrentado críticas por donar a políticos con posturas anti-LGBTQ+.
¿Mantenerse neutral es una opción?
Cada industria o franquicia tiene la libertad de decidir si desean fijar posición a favor o en contra de la comunidad LGBTQ+ o, si lo que desean es mantenerse al margen. No hay una respuesta única o correcta, ya que esto depende de factores como los valores y la identidad corporativa de la empresa, su público objetivo y el contexto en el que opera.
Algunas franquicias optan por mantenerse neutrales para evitar alienar a segmentos específicos de su audiencia, especialmente en regiones o culturas donde existen posturas divergentes respecto a la comunidad LGBTQ+. Esto puede ser una estrategia para evitar controversias o riesgos asociados con la toma de una posición clara.
La decisión de una marca de mantenerse al margen o involucrarse activamente con la comunidad LGBTQ+ debe basarse en una revisión cuidadosa de sus valores, objetivos comerciales y las expectativas de sus clientes. Es importante recordar que, independientemente de la postura que se tome, las marcas deben asegurarse de que sus políticas internas atiendan los derechos de todos y que sus productos o servicios continúen siendo de calidad, porque finalmente, eso es lo que desean sus consumidores.